Eran dos armas sanguinarias de amor
eran ambos polos positivos
jugaban del mismo lado del tablero,
y eran atacantes.
Se miraban entre sí, enamorados.
y se adoraban con energías supremas
se abrazaban en debates furiosos
se caían, se desmoronaban, estallaban
vueltos fuegos artificiales.
les costaba arribar a la isla calma
que internamente deseaban.
se lastimaban y se curaban,
se gritaban los conjuros de sanación.
se veían abatidos,
se veían felices envueltos en sismos
crecían con una intensa energía
Extrañas fuerzas los seducían,
los levantaba hacia el caos del entendimiento
y los golpeaba fuertemente contra el suelo.
Eran felizmente tristes,
apasionados cuerpos inertes
su puntería venía afilada.
Cuando ella, la efímera,
no pudo más al desear la paz.
Y desistió. Y es feliz. Y lo ama
profundamente.
Aielén Luna
Tuesday, October 28, 2008
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